Alimentos Perecederos
Productos como carnes, pescados, frutas y verduras son sensibles a las temperaturas y requieren condiciones específicas para mantener su frescura y calidad durante el transporte.
El control de la temperatura es muy importante en el transporte de productos alimentarios, biofarmacéuticos y otros, que, para mantener su calidad, sus características o su buen funcionamiento, requieren una temperatura específica y constante. Si se produce una variación de temperatura, y no se detecta en cuanto se produce, ya sea en el almacén o en ruta, no se puede evitar el deterioro del producto.
Los sensores pasivos de temperatura sirven solo para verificar a su llegada si las condiciones óptimas de temperatura se habían mantenido durante su transporte. Pero ya no se puede recuperar el material dañado.
Para mantener la cadena de frío, se requiere un sensor electrónico de temperatura, que controle constantemente la temperatura, y genere una alarma si detecta una variación, permitiendo reaccionar, y preservar la calidad del producto.
Además, las normativas son cada vez más exigentes en el aseguramiento de que se mantiene en todo momento la temperatura adecuada de los productos durante su almacenamiento y envío. No puede romperse en ningún momento la cadena de frío, ni quedar expuestos a temperaturas, altas o bajas, fuera del rango adecuado para la buena conservación de alimentos, medicinas, vacunas u otros.
Productos como carnes, pescados, frutas y verduras son sensibles a las temperaturas y requieren condiciones específicas para mantener su frescura y calidad durante el transporte.
Medicamentos y vacunas a menudo tienen requisitos estrictos de temperatura para garantizar su eficacia, por lo que necesitan ser transportados en condiciones controladas.
Ciertos productos químicos y materiales sensibles a la temperatura pueden requerir un transporte controlado para evitar cambios en su composición o propiedades.
Elementos biológicos como muestras de laboratorio, tejidos y productos biotecnológicos pueden necesitar condiciones de temperatura específicas para mantener su integridad.
Además de los productos farmacéuticos, las vacunas y otros productos de salud a menudo requieren un transporte controlado para garantizar su eficacia y seguridad.
Para preservar los productos termosensibles, como alimentos, productos farmacéuticos, etc. Se requiere una monitorización constante de la temperatura, incluso durante su transporte, y eso se consigue con los sensores electrónicos de temperatura. Estos sensores térmicos, junto con un buen sistema de recepción y envío de datos y una aplicación de gestión, garantizan una visibilidad continua de los datos de temperatura, y de ubicación, a lo largo de toda la cadena de suministro, y un sistema de alerta de acción en caso variaciones que de riesgo de rotura de la cadena de frío.
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